El Proyecto de Desarrollo de la Agricultura Orgánica Argentina, constituye un incentivo oficial a la producción orgánica de gran interés para MAPO, que además fue el organismo que diseñó su contenido en 1997 bajo la dirección del Profesor Carlos Castronuovo. El programa se convierte en un fuerte impulsor para el sector, que busca liderar la transición de la producción tradicional hacia prácticas más sustentables.
Está articulado a la nueva organización del área estatal de la agricultura como dependencia de la Dirección Nacional de Agroindustria, PROSAP, Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca. El coordinador del PROSAP es el Lic. Jorge Neme.
El objetivo general del proyecto, que es financiado en un 50% con fondos del BID administrados por IICA y 50% aporte MAGPyA, es aumentar y consolidar la participación cualitativa y cuantitativa de la agricultura orgánica en el sector agrícola nacional.
Como objetivos específicos se plantea a) aumentar la superficie y volumen de la producción orgánica nacional; b) incrementar el volumen el valor de las exportaciones de producción orgánica; c) aumentar la disponibilidad de productos orgánicos para el consumo local; d) generar regionalmente una masa crítica de mano de obra especializada y e) consolidar los conceptos de conservación de medio ambiente y sostenibilidad de la actividad.
Básicamente el proyecto consta de cuatro componentes:
1. Investigación y Desarrollo (I+D) contando con doce líneas a las que se le ofrece financiación ya sea para su continuidad o para su comienzo.
2. Desarrollo de la Producción Primaria
3. Desarrollo Agroindustrial
4. Fortalecimiento institucional.
MAPO, en su carácter de promotor de la actividad orgánica, tomó parte activa en la gestación del PRODAO. Su participación se plasmo en la letra de los términos de referencia del proyecto. La anterior Secretaria de Agricultura Ganadería Pesca y Alimentación abrió la convocatoria a muestras de interés para el componente I+D, en el segundo semestre de 2009. MAPO respondió a esta convocatoria postulándose a las doce líneas de investigación y desarrollo, planteadas por el proyecto:
1- Desarrollo de un tratamiento para control de cancrosis en poscosecha compatible con la normativa orgánica
2- Desarrollo de un tratamiento compatible con la normativa orgánica para control de roya de la soja, basado en la utilización de Bacillus subtilis.
3- Desarrollo de un tratamiento de para control de Varroa en apiarios orgánicos.
4- Desarrollo de un tratamiento compatible con la normativa orgánica para el control de Monilla frutícola en ciruelas.
5- Desarrollo de manejo poscosecha para granos en base al uso de dióxido de
carbono u otros gases inertes.
6- Avances de mejoramientos varietales sobre maíz (Zea mays) compatible con la normativa orgánica, orientados a mejorar rendimientos.
7- Avances de mejoramientos varietales sobre trigo compatibles con la normativa orgánica, orientados a mejorar el contenido proteico.
8- Avances de mejoramientos varietales sobre soja (Glycine max) para consumo humano (variedad de hilo blanco) compatible con la normativa orgánica orientados a mejorar su contenido proteico.
9- Avances de mejoramientos varietales sobre Cucurbita moschata Duch, cultivar tipo Waltham Butternut, compatibles con la normativa orgánica, orientados a mejorar la uniformidad del producto.
10- Avances de mejoramientos de pies y filtros para la producción de peras y/o manzanas, compatibles con la normativa orgánica, orientados a aumentar la productividad.
11- Desarrollo y/o validación de nuevos equipos desmalezadores en producciones orgánicas.
12- Estudio sobre la evolución e interpretación de indicadores de fertilidad de suelo en relación a la sostenibilidad en producciones orgánicas.
La gestión de las doce líneas, así como la gestión de la presentación a líneas del componente agroindustrial estuvo a cargo del área de proyectos de MAPO, formada por los socios Juan Carlos Scartascini y Enrico Cresta y de la bióloga Liliana Rithner, apoyados por socios de la calidad de Dra. Dina Foguelman, Vet. Marcelo Frías e Ing. Agr. Gustavo Otamendi entre otros que acercaron opiniones en momentos oportunos.
En el área agroindustrial, Juan Carlos Scartascini dio los lineamientos de proyectos de interés a través del diagnóstico agroindustrial para productos orgánicos, cuyo informe final se presentó a principios de 2009.
Ya en 2008, por el interés manifestado por Enrico Cresta, se había iniciado un programa ambicioso articulado con la Facultad de Agronomía de Universidad del Salvador, donde se escribieron varios proyectos con el objetivo de explorar los indicadores válidos y diferenciadores de la producción orgánica extensiva. Es una preocupación del grupo Pampa Orgánica, presidido actualmente por Enrico Cresta y Coordinado por Ing. Agrónomo Eduardo Tilatti, captar el impacto de las prácticas y procesos de la agricultura orgánica para poder dar cuenta de las diferencias integrales que manifiestan estos sistemas con respecto a los de mayor adopción en la argentina, como son los sistemas de siembra directa y convencional, en el marco de las aplicaciones tecnológicas actuales, que, como es sabido, se fundamentan en el uso de agroquímicos específicos y de semillas modificadas genéticamente.
En el área de genética de maíz, Enrico Cresta inició con anterioridad a la convocatoria PRODAO conversaciones con genetistas, para orientar acciones de respuesta a la preocupación de los productores por los bajos rendimientos comparativos del maíz. Estos trabajos previos fueron las bases sobre los que la dirección del PRODAO, escribió los términos de referencia de las líneas agroindustriales y de investigación y desarrollo.
La gestión de los proyectos a presentar se realizó convocando a los mejores investigadores, conocidos por los productores por sus consultas, inquietudes y requerimientos.
En el área de genética de maíz se contactaron tanto los investigadores del módulo orgánico de Pergamino, INTA, dirigidos por el Ing. Agrónomo Raúl Rossi como a la cátedra de FAUBA, cuyo titular el Dr. Carlos Bartolomé Banchero ha sido un colaborador entusiasta y valioso.
En el área de suelos, se continuó con la línea de investigación planteada en el 2008, bajo la dirección del Dr. En Edafología Héctor Morrás, que junto con Ing. Agr. Osvaldo Michelena, (ambos investigadores independientes del Instituto de Suelos de INTA Cautelar), presentaron sus antecedentes para la ejecución de la línea.
El área de maquinarias agrícolas fue presentada por un investigador de alta perfomance, Ing. AGr. Raúl Feliciano del Monte de INTA La Consulta, Mendoza. Juan Carlos Scartascini viajó a Mendoza para contactarlo gestionando también los proyectos del área de mejoramiento de zapallo (INTA La Consulta) y tratamiento de Monilla fructicola en ciruelas, (INTA Mendoza), que fueron presentados por investigadores especializados en las líneas respectivas: Ing. Agr. Nélida Granvall e Ing. Agr. Fitopatóloga Marta Gatica.
Además de estos, se presentaron los antecedentes para las líneas de control de varroasis en abejas, basado en un convenio con la Asociación Apícola Pilar y para la línea de mejoramiento varietal de soja de hilo blanco, basado en los antecedentes de investigadores de la línea de la EEA INTA Marcos Juárez.
En total se presentaron antecedentes de investigadores especialistas, para siete líneas de las doce totales del componente de I+D.
En el componente agroindustrial se interesó para la presentación del proyecto “Desarrollo de alternativas de deshidratado en frío (excluyendo liofilización) y otras técnicas novedosas de preservación compatibles con la normativa orgánica para frutas y hortalizas (mínimo: pera, manzana y zapallo orgánicos) ” a la Dra. Stella Maris Alzamora, Dra en Química, investigadora superior del CONICET y profesora de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Industrias. Cabe destacar que esta línea fue adjudicada a la investigadora, junto a su consultora acompañante, Lic. Liliana Rithner en marzo de este año. Lamentablemente, escollos administrativos insalvables, de las que no son responsables los actores involucrados no permiten la contratación, ya que la misma, según exigencias del PRODAO para el componente agroindustrial, debe ser a nombre de monotributistas.
Para el componente agroindustrial también resultó seleccionado otro proyecto promovido por MAPO, relacionada con la cantidad de hidróxido de sodio utilizado en el tratamiento de aceitunas. En este caso el proyecto está en curso de ejecución con los investigadores promovidos por MAPO. Otro proyecto cuya presentación de investigadores fue promovido por MAPO, perteneciente al componente agroindustrial fue el relativo a la disminución del contenido de sulfito en vinos, sin embargo esa línea fue ejecutada por otro equipo de investigación.
De las siete líneas de I+D han sido adjudicadas a MAPO, tres:
6- Avances de mejoramientos varietales sobre maíz (Zea mays) compatible con la normativa orgánica, orientados a mejorar rendimientos.
9- Avances de mejoramientos varietales sobre Cucurbita moschata Duch, cultivar tipo Waltham Butternut, compatibles con la normativa orgánica, orientados a mejorar la uniformidad del producto.
11- Desarrollo y/o validación de nuevos equipos desmalezadores en producciones orgánicas.
En este momento, habiéndose presentado los presupuestos y proyectos pertinentes, nos hallamos a la espera de la respuesta del Ministerio de AGP, a fin de avanzar con los pasos que llevan a la ejecución de los fondos para las mencionadas líneas de investigación.
El área de proyectos de MAPO ve coronada así su persistente tarea de más de dos años. En este período hemos disfrutado del trabajo en el seno de un equipo entusiasta, riguroso y del mejor humor, digamos un “humor orgánico” que nos permitió aprender y afianzarnos como entidad que no solo se ocupa de atender los problemas de los productores sino que se proyecta como una unidad de vinculación tecnológica para articular los saberes de los excelentes investigadores argentinos en el área de producción primaria y agroindustria con los saberes e intereses de los productores orgánicos. De esta manera MAPO responde mejor a sus asociados y se proyecta en el mundo tecnológico aportando a la presencia del mundo orgánico.
Por Liliana Rithner
Área Investigación MAPO